MEMORIAS DE DOÑANA.
ACROÁTICA nº 35 . 6 de diciembre del 2016.
Estimado lector/a:
En la
actualidad estoy centrado en la transcripción de las cientos de "escapadas"
que durante casi 40 años he realizado a Doñana, acompañado por amigos, guardas,
científicos, periodistas, políticos, etc. y que tengo manuscritas en mis
decenas de cuadernos de campo. Esas jornadas doñaneras me han permitido conocer profundamente la Doñana
oculta y desconocida y la Doñana que se está perdiendo aceleradamente ya de
forma irreversible, no nos engañemos ni dejemos que nos engañen.
En "Diario de campo de mis excursiones a
Doñana" narro como guardas
viejos y sabios me han llevado a zonas de arenas movedizas, a ver los ojos
y los nocles que se han "tragado"
a muchos animales y que se están secando y desapareciendo; a rincones fantasmagóricos
donde la vegetación es impenetrable, a zonas arqueológicas perdidas o a interiores
de torres almenaras en ruinas, además de ocultos rincones donde fueron asesinados guardas en
siglos pasados, etc.
A su vez la
experiencia de dormir en los Palacios de Doñana y Marismillas, sin luz
eléctrica; oír los lobos aullar en la noche; atravesar andando el Coto durante veinte
días o montar a caballo persiguiendo a furtivos en noche cerrada, me han
permitido conocer el espíritu de Doñana.
Sus guardas, muchos
la cuarta y última generación, nacidos en chozas y que andaban descalzos,
pisando carámbanos en la marisma, para organizar las cacerías de los nobles, me
han confesado como ya no hay gatos monteses, o han casi desaparecido las
serpientes, las ranas y los lagartos, los lirones, ratas caretas, meloncillos y
jinetas, o como el agua de la marisma ya no es cristalina como antaño, o como
los 80-90.000 ánsares que llegaban en los años cuarenta se han reducido a 30-40.000
como mucho, y así un tristísimo listado inagotable.
Y Doñana, que antes era un paraíso salvaje y
aislado, ahora es recorrido por decenas de ganaderos con sus todoterrenos, por miles
de rocieros con miles de coches, además de las decenas de biólogos en todoterrenos
circulando por todas partes. Y sus marismas ya casi sin agua, salvo cuando
diluvia, están contaminadas y colmatadas por los millones de toneladas de arena
y tierra que le meten los arroyos deforestados.
Leyendo mis
diarios en los que yo nada aporto, sólo soy un "notario marismeño" que
levanta acta de lo que ha visto y le han contado, podrá conocer el lector la auténtica
Doñana ya desaparecida y sacar sus propias conclusiones.
Como siempre, mi más
cordial saludo. Jesús de Vozmediano.
PD: En el Día
de la Constitución les recuerdo a los políticos un artículo de la Carta Magna
que estoy seguro que lo ignoran:
Artículo 45. 1. Todos tienen el derecho a disfrutar
de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el
deber de conservarlo. 2. Los poderes públicos velarán por la utilización
racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la
calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la
indispensable solidaridad colectiva. 3. Para quienes violen lo dispuesto en el
apartado anterior, en los términos que la ley fije se establecerán sanciones
penales o, en su caso, administrativas, así como la obligación de reparar el
daño causado.
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